Al interior de Emelec.
Conozca los secretos del camerin. El camerino de un estadio o campo de entrenamiento tiene mucho por
contar. Secretos, que en muchos casos, son guardados por los actores
como un tesoro.
Una de las personas que más anécdotas guarda en el
George Capwell es Otón Emiliano De la A Tomalá, el utilero de Emelec
desde hace 18 años.
Su labor inicia a las 06:00. Ordenar los botines, balones y toda la
indumentaria, de práctica y de juegos oficiales son las principales
tareas de Otón. Dice que su trabajo lo realiza con mucha dedicación y
cariño hacia la divisa ‘Azul’.
La tarde del martes pasado, este medio lo sorprendió puliendo los
estoperoles de los elementos eléctricos’, pues faltaba poco tiempo para
el choque decisivo.
De la A observa cada detalle, mientras saluda con los argentinos
Cristian Nasuti, Esteban Dreer y Marcos Mondaini, quienes son los
primeros en llegar a los entrenamientos.
“Me siento contento con mi trabajo. Todo lo hago con gusto por el
aprecio que tengo por los muchachos, que hasta los considero como mis
amigos”, dijo De la A. Cuenta que con uno de los que mejor se lleva es
con el capitán, Pedro Quiñónez, al que le guarda un cariño especial.
“Me llevo bien con todos, pero Pedro Quiñónez es mi amigo. Él es una
buena persona, bromeamos, pero todo con mucho respeto, nos abrazamos y
siempre está pendiente de lo que pase con los empleados”, señaló.
Alegría y música
Sostiene que, como en todo grupo, siempre hay un jugador que es más
serio, uno más risueño y otro más alegre. Cristian Nasuti, por ejemplo,
es más formal en todo, mientras que Wilmer Zumba es el de las bromas y
Polo Willa el que pone el ambiente musical.
“Tienen personalidades distintas, pero han sabido acoplarse todos muy
bien. Willa pone la rumba como dicen ellos y sabe todos los temas
actuales en cuanto a salsa”, contó entre risas.
Cuando el equipo sale de viaje para jugar en otras provincias o fuera
del país, siempre buscan la forma de no aburrirse. Juegan naipes, bailan
en el bus o se inventan algo, mientras queman las horas hasta llegar a
su destino. “Siempre nos incluyen a los utileros, en lo que hagan”,
manifestó.
Sin exigencias
Las exigencias no se ven mucho en el plantel ‘Eléctrico’, así como
tampoco el desorden, dice Otón. Lo único que piden en cada partido es
cuatro o cinco pares de zapatos y, por supuesto, la pechera con la
leyenda “Atletas de Cristo”, que nunca puede faltar.
“No soy muy exigentes. Todos son ordenados, dejan las cosas en su
lugar, son un grupo muy unido y hasta podría decir que considerados”,
indicó.
Desde 1995 está vinculado a filas ‘azules’ y ha vivido dos campeonatos,
los del 2001 y 2002. Ahora está feliz por el buen momento que atraviesa
Emelec hacia la estrella 11.
El guayaquileño, de 37 años de edad, resaltó la humildad que ha tenido
este plantel y sobre todo la predisposición de cada uno de los
jugadores, que con paciencia, han esperado por un nuevo título, tras 11
años.
“Han sabido manejar la ansiedad, son perseverantes y sobre todo siempre
confiaron en su trabajo y ahora se ve el resultado”, finalizó.
De la A ha sido testigo durante 18 años de los buenos y malos momentos
del club, especialmente cuando debió soportar pérdidas de torneos,
eliminaciones coperas y hasta la muerte de Otilino Tenorio. Hoy, tiene
un momento para el festejo.
lahora.com.ec
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