La carta de despedida de George Capwell y su Emelec querido

George Capwell amó a Emelec y a Guayaquil, ciudad con la que mantuvo un noviazgo eterno. El 1 de septiembre de 1946, en una carta que se publicó en los diarios, el Gringo se despidió de la ciudadanía y de su club. Reproducimos un fragmento:
“Una gran pena embarga mi espíritu al separarme de este club en el que dejo parte de mi corazón y por cuyo triunfo formulo mis mejores votos, prometiendo no olvidarlo y seguir desde lejos, con intensa emoción, todos los incidentes de su vida. Míos serán sus triunfos y derrotas, mía será su causa en todas las competencias y mío será su destino en el largo camino que deberá recorrer... No importa mi ausencia de este club, pues los hombres somos meros accidentes en su desarrollo.
Lo importante es que la institución evolucione y se transforme a tono con las necesidades del tiempo. Desde lejos vigilaré a mi club y donde quiera que esté mi voz se alzará para defenderlo y mi acción para ayudarlo. Mi sombra ha de vagar por los salones de nuestro centro social y de nuestras canchas deportivas”.

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